La Javi

Desde hace ya un tiempo tenía la idea de escribir sobre mis amigas de la vida; ese grupo de mujeres que han sido fundamentales con su presencia, su sabiduría y sus historias. Cada una de ellas un universo único, hijas de ciudades, momentos y tiempos distintos. Tal vez hoy sea el momento de comenzar, aunque todo sea escrito desde el presente hacia el pasado.

La Javi
Si me pidieran decir quién es la Javi, yo diría que es producto de mi atracción mental, no daría otra respuesta…

Llegar a Valpo nunca fue fácil, las primeras semanas a pesar de estar en una casa grande llena de gente (todos hombres incluyendo un gran amigo) de igual forma me provocaba cierta sensación de vacío, algo me hacía falta para sentirme completamente a gusto: la compañía de un alma femenina.

Durante tres semanas digamos que estuve mentalmente pensando en que era necesario tener una gran amiga en la nueva ciudad, y la única solución para que eso ocurriera, era que viviera bajo mi mismo techo, no me servían las amigas de afuera, yo necesitaba la presencia femenina aquí mismo. Y pensé y repensé hartos días en lo mismo, hasta que por arte de magia un día domingo por la tarde golpearon la puerta de mi pieza (yo abrí en pijamas porque ese día había decidido quedarme acostada todo el día) y era la javi, una chica de pelo llamativo, que venía a pedirme la clave de internet y me contaba que era la nueva integrante de la casa; yo chascona y todo demostré de forma inmediata mi felicidad y le dije que cualquier cosa que necesitara que me dijiera.

Al día siguiente nos encontramos en la escalera del jumbo, recuerdo que iba vestida con pantys rojas y eso me simpatizó mucho. Nos saludamos y yo seguí de largo porque iba de entrada y ella de salida con una amiga. Javi tiene muy cara de buena onda pensaba, y me reía, Javi es la enviada, y así lo fue.

Con la javi empezamos a compartir almuerzos y nuestra amistad yo creo que fue la hija de las sobremesas, fueron muchas tardes que estuvimos contándonos nuestra vida casi completa, y cada vez me asombraban más las coincidencias, que Javi era de Combarbalá, que teníamos algunos conocidos en común, que ella vino aquí hacer un preuniversitario y que conocía casi nadie de gente, por lo que Valparaíso era tan nuevo para ella como para mí. Aquellas coincidencias me contentaban de sobremanera, Javi resultó ser la persona ideal para ser mi principal fuente femenina, esa que te escucha, te acoge y te ofrece un té para el frío.

Llevamos un mes conociéndonos, pero ya está en mi grupo de amigas que adoro con mi vida, creo que todo se dio de inmediato, la confianza y el cariño, cosas que a veces te cuesta conseguir con gente que llevas años conociendo, y ha sido tanto que hemos llegado a leernos cosas que escribimos y que difícilmente se las mostraríamos a cualquier persona. La javi se va un fin de semana y la echo de menos, me hace falta, me aburro. Pero llega, y no pasa ni un minuto y nos reimos. La Javi es bacán con todas sus letras, no tan sólo porque hemos bailado juntas Supernova, ni porque cante y toque guitarra, sino también porque tiene ese lado de la vida que me agrada mucho, como cuando el otro día nos tomamos un chocolate caliente a la una de la tarde en Cerro Alegre y ambas dijimos a la vez: pucha que me pone feliz este momento, el solo hecho de estar aquí. Muchas veces pienso cosas así, pero me da vergüenzas decirlas, la gente te tiende a decir que le estay’ poniendo mucho, la javi dijo eso y para mí quedó claro que es auténtica. Te quiero Javi J



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