La Hanna
¿Y Ana Francisca?......No sé
profe’……Eso respondí por allá el 2008 cuando terminé disertando sola en un
trabajo sobre el Cambio Climático en la U. Ana Francisca nunca apareció.
De Anita, como todos le decían,
debo confesar que sabía pocas cosas, entre ellas, que éramos compañeras de
curso en la Carrera de Pedagogía en Historia y que tenía un fanatismo medio
loco por los Bunkers (en esta parte Anita, la actual Hanna, se ríe). Nuestra
amistad como ella creo que lo diría, sería algo así como la tercera parte de la
Saga de la Película Universitaria.
Los primeros años de U debimos
cruzar una que otra palabra, e incluso teníamos una que otra foto juntas (la
cual en la actualidad nos hace mucha
gracia ver), pero nunca nada más allá hasta que como diría nuestro mentor
Arjona: el destinó nos juntó. Y nos juntó en la época medieval, con caballeros
y castillos y SÍ, cenas medievales también. Es aquí precisamente donde comienza esta
sinergia de cosas que tanto me han hecho reír.
La amistad con anifrans fue un
proceso, yo creo que nos dimos el tiempo de conocernos y de saber que aunque no
nos unía ni el canto ni las películas (porque yo ni siquiera he visto la guerra
de las galaxias), nos unían cosas más potentes como Daniela Mercury o cualquier
teleserie noventera.
El otro día leí por ahí que te
haces verdaderamente amiga de alguien cuando sales sola con ella, y eso me hizo
mucho eco en nuestra amistad, creo que
nos aprendimos a querer en todas esas salidas locas a tomar terremotos y
bailar, salidas donde aprendimos tanto el uno de la otra que después de un
tiempo hasta sabíamos que una bailaría con los de barba y la otra con los cara
de pájaro.
La Hanna…Salimos al mismo tiempo
de la U, y no me imagino haber hecho otra amistad tan importante como con ella,
creo que compartimos valiosos momentos, de risas y de llantos, de quemarse las
pestañas, de redactar y de leer miles de
cosas. Y así también hubo días que
nuestro yetismo se potenció, pero nunca olvido que estuvimos juntas en todas, y
que en gran parte, muchas de las desgracias hicieron que exista esta bonita amistad.
No está de más decir que escribiríamos un libro con todas las anécdotas que nos han pasado y no está de más decir que sí, pucha que te extraño, pero siempre que te echo de menos, pienso en ciertos momentos como el 17 de diciembre ó cuando conversamos en tu casa antes de dormirnos después de esos carretes maestros. Te quiero Hanna J
No está de más decir que escribiríamos un libro con todas las anécdotas que nos han pasado y no está de más decir que sí, pucha que te extraño, pero siempre que te echo de menos, pienso en ciertos momentos como el 17 de diciembre ó cuando conversamos en tu casa antes de dormirnos después de esos carretes maestros. Te quiero Hanna J
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