El triunfo de Benito





Mi mama me había hecho de almuerzo mi comida favorita (arroz con papas fritas y mayonesa) y me advirtió mientras servía que no tuviera ni el pensamiento de abrir la llave del lavaplatos (la llave estaba mala, uno la abria y era imposible cerrarla y escurria el agua para todos lados). Me dijo con ese tono amenazante de mamá, que me iba a cachetear si lo hacia otra vez (porque ya había abierto dos veces por error la llave en lo que iba de la mañana) Yo, con memoria a corto plazo, me ensucié las manos y lo primero que hice fue correr a abrir la llave. Obviamente, no la pude cerrar, y me empezó a latir fuerte el corazón de pura desesperación. Mientras sentía los pasos rápidos de mi mamá desde el patio, miré hacia la mesa y grande fue mi sorpresa al darme cuenta que mi banquete se lo estaba comiendo el benito (mi gato). Mi mamá entre ver al gato arriba de la mesa y el agua en total descontrol le dio algo raro,como si una fuerza mayor se había apoderado de ella y nos fuimos de doble cacheteo (benito y yo). Entre tanto llorar, terminé con  esos saltitos cortos que te hacían tiritar y me subí al furgón con un hambre terrible que sólo me hacía pensar que el único que de alguna forma había triunfado en esta mala historia era el benito, que se fue de cacheteo pero feliz con el banquete que lo iba tener guata al sol durmiendo la mejor mona de su vida.







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